Klemm considera que el sentido original del término, como sinónimo de mal gusto, se ha desplazado hacia el de una categoría estética de nuestra contemporaneidad que no tiene que ver con una sistematización del mal gusto, sino con una exacerbación de lo artificial y lo desmesurado. De esta manera, señala al kitsch como una actitud estética que pone en duda el gusto, como statu quo. Tal vez como una referencia tácita a su propia obra, Klemm sostiene que cuando se dice que una obra ronda el kitsch es como cuando se dice que ronda la genialidad o la grandeza.
Klemm señala a Disneylandia como el paraíso del kitsch y menciona a los surrealistas Salvador Dalí y René Magritte como los primeros en incorporar en el arte elementos de gusto dudoso. Señala que el kitsch, por su constitución, aparece como una estética de riesgo que incorpora todas las conquistas pictóricas, plásticas y estéticas creadas hasta ese momento.
Hola
Escribo desde la experiencia individual propia. No sabía qué era Kitsch hasta que se me dijo que estaba haciendo algo que era Kitsch. Me asusté muchísimo y decidí evitarlo. Sin embargo, me ha despertado la curiosidad por conocer más acerca del mundo que me rodea. Lo de rodear lo he hecho yo con respecto al mundo. Me refiero a que trato de usar la misma frase: "El mundo que me rodea" y convertirla en: "Yo quiero rodear al mundo"
No creo que pueda rodearlo ni abordarlo mucho menos explicarlo. Lo que trato de expresar es que quiero dejar de temer al mundo y aceptarlo tal como es. Soy parte de ese mundo, ¿por qué iba a renunciar a ese…